Mariano Fernández Urresti

LA TABLA REDONDA DEL REY ARTURO

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Mariano Fernández Urresti

Escritor e Historiador

Publicado el 9 de agosto de 2021

Debo confesar que el ciclo artúrico y el mito de la búsqueda del Grial se cuentan entre mis enigmas predilectos. Por eso la visita al Great Hall de Winchester fue tan especial. Tal vez, según dicen algunos investigadores, estaba pisando el lugar donde en un tiempo indeterminado estuvo el mismísimo Camelot. O no. Pero poco importaba eso, porque la ciudad de Winchester tiene una historia generosa y varios secretos notables.

Se supone que el castillo -hoy apenas unas ruinas- se construyó sobre el antiguo emplazamiento artúrico. Y como testigo mudo de su esplendor queda en pie desde el siglo XIII el Great Hall. En su interior podemos admirar una estructura de madera que permanece colgada en una de sus paredes.

Al parecer, en 1290 tuvo lugar un torneo para celebrar los esponsales de una de las hijas del rey Eduardo I. Con motivo del evento, se dio forma a mesa, que sería réplica de la mítica Tabla Redonda del rey Arturo, según la creencia popular.

En 1976, un equipo científico la analizó, y sirviéndose de la dendrocronología (método de datación histórico basado en el estudio de los anillos de la madera) se concluyó que había sido construida en el siglo XIII.

En su día, contaba con un soporte central y doce patas exteriores. Tiene un diámetro de 5,5 metros, pesa 1.200 kgs. y está construida sobre roble inglés. Durante el reinado de Enrique VIII fue pintada del modo en el que ahora luce, con una Rosa Tudor en el centro y con la pretensión, por parte de Enrique VIII, de encarnar al nuevo mito artúrico.