La tumba de Atreo o de Agamenón

Picture of Mariano Fernández Urresti

Mariano Fernández Urresti

Escritor e Historiador

Publicado el 7 de junio de 2022

Las impresiones de Mariano Fernández Urresti sobre la tumba.

Debo confesar que Grecia me enamoró. Atenas, Delfos, Olimpia… me hicieron recordar tantas horas de estudio de Historia Antigua (una de mis pasiones) y de Historia del Arte (otra de mis debilidades) en la Universidad. Pero Micenas fue el broche perfecto para un sueño.

A las afueras de la mítica ciudad me aguardaba otra de las tumbas de mi vida: el Tesoro de Atreo o Tumba de Atreo, también llamada Tumba de Agamenón. Se supone que su construcción se realizó en siglo XIII a.C.

Cuando me adentré por el corredor que conduce hasta la gigantesca construcción abovedada, se me fue el santo al cielo y creí escuchar los gritos de los aqueos vitoreando a su rey Agamenón antes de partir hacia Troya en busca de Helena. ¿Escuché también a lo lejos la risa retadora de Paris y Héctor?

El tesoro de Atreo

El llamado tesoro de Atreo es en realidad una tumba. Se le conoce también, como tumba de Atreo o tumba de Agamenón. Por su majestuosidad, se creyó que antiguamente había albergado el tesoro del rey Atreo, padre de Agamenón.

Origen y características del Tesoro de Atreo

La tumba de Atreo se construyó hacia el 1350 a. C. y, aunque se desconoce la identidad del destinatario para el que fue construido, se da por sentado que se trataba de un rey. Cuenta con una cámara de hasta 13 m de altura y un pasadizo de entrada de 37 m de largo, y se encuentra al sudoeste de la antigua ciudadela de Micenas, en el Peloponeso (Grecia).

Es fácil hacerse una idea del prestigio y la riqueza del personaje allí enterrado, así como de la comunidad que le honró con una tumba de tales características, a partir de la monumentalidad de esta última. Hito espectacular de la arquitectura de la antigüedad, el tesoro de Atreo constituye el mejor ejem­plo de su clase, tanto por sus dimensiones como por la calidad de los acabados.

En los tolos o tumbas de la época micénica se enterraba tan sólo a las figuras más relevantes, o bien a los miembros de la clase dirigente. Excavado en el interior mismo de una coli­na, el tolos solía ser de planta circular (de ahí su nombre) y acababa siempre en una bóveda puntiaguda.

Su origen se sitúa, al decir de muchos, en Creta, y acabó imponiéndo­se entre mediados y finales de la Edad de Bronce sobre las tumbas más sencillas excavadas en el suelo. Se conoce algún que otro ejemplo anterior a estas fechas, pero no fue hasta principios de la Edad de Bronce tardía cuando esta tipología acabó imponiéndose en la Grecia continental. Se dieron diversas variantes regionales, pero tanto la forma como la función continuaron siendo las mismas.

Construcción de la tumba de Atreo

Toda la tumba de Atreo se construyó con sillares perfectamente tallados. La fachada estaba decorada con mármol verde y rojo, y a ambos lados de la puerta había una media columna sobre la que descansaba otra media de menor tamaño.

Cada una de ellas estaba tallada con motivos en zigzag y en forma de espiral, justamente los mismos adornos que decoraban los bloques de piedra que en su día ocupaban el espacio triangular encima del dintel, en la actualidad hueco.

A la hora de erigir la tumba, lo primero que se hizo fue excavar en la colina el pasillo de entrada, retirando para ello toda la tierra y las piedras de desecho. El tiempo que llevó esta primera fase dependería lógicamente del número total de personas involucradas en la obra, pero es posible que ocupara dos o más meses de trabajo. A continuación, se procedió a excavar la tumba propiamente dicha.

Los primeros bloques de piedra que se colocaron fueron los del pasillo de entrada, para evitar, de ese modo, que los lados del mismo se vinieran abajo. La piedra que se empleó procedía de la zona y la cantera no debía de estar a más de 1 km de la tumba.

Para extraer los bloques, se horadaba alrededor de cada uno de ellos y se desprendían de la roca haciendo palanca y mediante cuñas. Los niveles inferiores no debieron de presentar mayores problemas, pero a medida que se ganaba altura hubo que recurrir a buen seguro a no pocas dosis de ingenio y esfuerzo físico.

Lo más probable es que los bloques se ataran con una soga y se alzaran tirando de ésta desde fuera, justo por encima del pasillo de entrada.

Para la cámara es posible que se recurriera al mismo sistema, pero, a diferencia del pasillo, en este caso los bloques no se colocaban uno justo encima de otro, sino que se avanzaban un poco con respecto al bloque inmediatamente inferior.

De este modo, se podían curvar los muros y, por ende, aumentar el diámetro de la tumba. Las obras de la entrada se debieron de iniciar cuando ya se llevaban construidos dos tercios de la cámara, antes de colocar los bloques de los niveles superiores de la misma. Como en el caso del pasillo y la cámara.

La entrada se construyó asimismo con bloques de piedra perfectamente tallados y dos imponentes dinteles, también de piedra, uno de ellos de más de cien toneladas de peso.

Encima de éstos, se dejó un hueco de forma triangulo con la finalidad de desviar el enorme peso que ejercía bóveda sobre las jambas de la entrada en vez de sobre mismo dintel. En su origen, dicho hueco lo ocupaba una piedra con relieves. Las puertas, en la actualidad perdidas, tal vez eran de madera.

Lo más seguro es que se tardara más de medio año o casi un año entero en construir toda la tumba, desde extracción, el transporte y la colocación de cada uno de los bloques de piedra hasta la no menos importante labor de los escultores, que hubieron de dar forma a las colinas de la entrada y decorar la fachada de la tumba.

No debe sorprender que se invirtiera tamaño esfuerzo en una obra que, una vez concluida, se cubrió por completo hasta dejarla totalmente oculta.

Ficha técnica de la tumba de Atreo

El plano de la tumba de Atreo revela una idea clara y un propósito muy concreto, así como una enorme imaginación… El artista anónimo de la Edad de Bronce que concibió y edificó el tesoro de Atreo merece estar entre los mejores arquitectos de toda la historia

  • Época: hacia 1350 a. C.
  • Localización: Micenas, Grecia.

Dromos (posifio de entrada)

  • Longitud: 37 metros.
  • Anchura: 6 metros.

Stomion (puerta de entrada)

  • Anchura: 2,6 metros.
  • Altura: 5,4 metros

Cámara interior.

  • Diámetro: 11,5 metros.
  • Altura: 13,2 metros.